4.17.2007

Razones..

El fulano me miro (con esta expresión he de dar a entender el poco cuidado que me presta) por que yo me reía, así que deje mi libro a un lado para mirarlo (al fulano), a petición de los suyos mis labios hablaron:

-Cuando escriba así, por favor detenme

Al igual que siempre espere una respuesta que a veces llegaba y muchas otras no, después de pensar un rato escupiste:

-¿tan malo es?

-es demasiado vendido, no quiero escribir por que me paguen, no quiero hacer a mis amigos personajes de cuentos, robándoles con su confianza una suculenta historia, no quiero escribir que el amor lo es todo o que el mundo es perfecto, no quiero hacer revolución y mucho menos vender papeles impregnados de morbosidad disfrazada de erotismo.

Te mire a los ojos, esperando la respuesta que no llego, lo que aun no concibo es:

¿Por qué me quitaste mi pluma?

1.02.2007

Cuento de Navidad Pequeño II

Con los números que tienen, por delante la fecha 25122006


ADVERTENCIA: Antes de pensar en leer esto tengo que señalarles que no es un cuento, es más bien uno de esos escritos que entran junto con la nostalgia en estas épocas, no cuenta con una trama melosa, ni con acción o sangre solo es una historia de esas que se ven todos los días.

9:30, 1:30, 5:30, 9:30, un minuto mas y pierdo, y con la jodida exactitud de el mas fino reloj europeo, el vapor comienza a salir, las ruedas a moverse y sin fallo “ El ” ahí, dibujando… creo… si se puede tomar como instrumento de precisión su dedo y como papel todas las estaciones de tren, siendo así… puedo afirmar que conozco un verdadero artista, mas de una vez trate de descifrar por los vidrios empañados las complejas formas que trazaba desde el anden, jamás las entendí… no lo necesitaba, solo ver el sentimiento que trasmitía al crearlas era suficiente para estimar el valor de aquellas obras.

No siempre fue así, la locura se va dando en dosis pequeñas, casi con gotero, cuando llego aquí, el era el encargado de recibir los boletos, pensé en mas de una ocasión que era un hombre con futuro, ustedes saben, de esos que tienen estilo, porte y que siempre tienen una sonrisa en la cara, esa gente cordial, que desearías te atendiera en una sucursal bancaria, de hecho a simple vista eso parecía, alguien con titulo universitario, bien leído, bien vestido y con cuentas bancarias en varios países, desafortunadamente no lo era, y con el tiempo llegaría a ser un simple poeta urbano, no muy original he de decir, de su boca siempre salía una entonada melodía, que repetía a forma de plegaria:

Godiva se había tatuado una canción en la lengua.
No llores, hace frío, y te abriré la puerta,
quemaré las astillas y te daré mi botella,
reza y no llores, porque la vida es así,
como las cenizas al viento,
como lumbre en el agua,
como un cielo roto en el pensamiento.*

Un noche cambio la pequeña y cómoda estabilidad que daba el ordenar y romper pedazos de papel, por la mareadora sensación que ofrece un frasco con 35% Alc. Vol. (o al menos así decía la botella o botella“S” si me permiten aclarar) que fueron encontradas por el encargado un lunes, todos los trabajadores fuimos citados en el ultimo vagón, solo para ver alrededor de 50 botellas vacías, eso si finamente apiladas justo al centro… formando una de esas pirámides que solo los encargados de supermercados pueden lograr, nadie pregunto que pasaba… todo estaba “suficientemente” claro, las reglas lo establecían “no bebidas alcohólicas a bordo”, mucho menos por los empleados, no fue necesario un interrogatorio, El ahí recargado en la pared escondido ala sombra despidiendo al mas mínimo movimiento ese olor a alcohol etílico, así… así termino el desafortunado André, rogando una nueva oportunidad y visitando el anden todas las mañanas, todas las tardes y después definitivamente todas las noches, no he de decirles, que para acabar cantando canciones como el lo hace, tuvo que pasar mucho tiempo y varios cargos pasaron por entre sus callosos dedos; vendedor, barrendero, cerillo, llegamos a verlo hasta de ladrón, aun sin perder su fino porte y su genuina sonrisa, luego paso a ser solo... lo que ahora podemos ver, un escueto y vulgar vagabundo.

Si aun están interesados en escuchar mas de este sujeto, puedo seguir hablando de el, puedo seguir haciéndolo por horas, espero no aburrirlos, bueno... continuemos con la historia de André, ah, ese es su nombre Andre-Moritzen, decía que era italiano, jamás supe si creerle, en realidad no me importaba mucho, era blanco, alto y bien parecido, usaba chaleco, camisa y pantalones de vestir acompañados de unos zapatos bien lustrados y cuando hacia mucho frió cubría su delgado cuerpo con un saco negro, para que tengan una idea mas clara era de esos hombres que las mujeres cuarentonas denominan “de fina estampa”.

En ese entonces (cuando aun recolectaba boletos en la estación) tenia 25 años, y ya saben ustedes que su debilidad era el alcohol, de la otra debilidad no he contado, pero supongo la imaginan, era todo un romántico, enamoradizo y coqueto, mujeres en su juventud no faltaron, ser extranjero es un buen anzuelo… pero al perder su empleo, perdió a las damas (¿acaso estas dos cosas están ligadas?)... no solo fue eso, también se quedo sin su pequeño departamento y aunque su gentileza (y algunos favores) hicieron que la dueña le regalara unos meses de hospedaje, en lo que el seguía tratando ingenuamente recuperar su trabajo (cosa que jamás sucedió) el tiempo pasaba y el iba cambiando; al principio podía ver a André sentado en el vagón, con las piernas cruzadas, y embebido en un periódico abierto que examinaba detenidamente, después de un rato cansado de ver las letras monocromáticas doblaba el periódico lo ponía en sus piernas miraba el paisaje un rato y después rompía con el silencio, siempre buscando a una señorita cercana para abordarla hablando del clima:

- Que agradable día hace hoy ¿No es así?- decía mirando a su compañera, manteniendo la sonrisa hasta que esta contestaba:
- Así es, muy agradable- con un poco de cortesía y lo demás de indiferencia
- Mas bello seria si realmente fuéramos libres- pronunciaba con una tristeza casi teatral
Después comenzaba a hablar de política:
- La Libertad se mide en el número de personas que viven con comodidad, seguridad y abundancia; en el número de habitantes que tienen trabajo, escuela, comida, cultura……

Así era como demostraba que la primera impresión no era la mas importante, pues aunque su ropa estuviera ya vieja y algo percudida, era un hombre interesante, inteligente y muy cortes, las esqueléticas damas sonreían y abrían mucho los ojos para escuchar con la mayor atención posible a este hombre, cuando el las miraba ellas nerviosas bajaban la vista, el… seguía con su eterno monologo:

-Sinceramente estimadas masdemoiselles a mi un segundo, tercer o cuarto piso me da lo mismo, todos nos llevaran a lo mismo…- y después de una gran pausa y mientras las mujeres contenían el aliento para no estropear nada, el soltaba un sonoro -"Shittttttt" -con gran estruendo y una cantidad descomunal de baba, acompañado de un gran golpe al piso, simulando el estruendozo aterrizaje, en ese momento las finas damas no podían hacer otra cosa que voltear la cara y comenzar a hablar mal de aquel hombre “majadero” decían, “loco” le llamaban, y el seguía cantando:

Godiva tenía una cuenta de multiplicar
con un resultado erróneo tatuada en la espalda

Siempre quise conocer a Godiva no se si fue solo un delirio, si existió en algún momento o un lugar, pero el hablaba de ella como si fuera real, hasta que un día la encontró (insisto, no se si esta fuera, o solo fue producto de lo que EL quiso creer) sentada en la parte delantera de el tranvía, “ninfa sacada de ensueño” decía, se desvivió en ademanes, para llamar su atención ella trataba de no verlo, pero eso ya era algo imposible, no tenia que mirarlo, el hedor podía alertarla de su presencia a metros de distancia, para eso el contaba con 30 años, ahora hablar de su cordura, gentileza y inteligencia, seria mentir. Con una elegante vestimenta negra y rota, con unas decenas de arrugas, un color que no era el suyo, un cabello largo desaliñado, canoso prematuramente y subsistiendo aun estaban cuatro dientes negros y afilados... con esta triste apariencia se acerco a ESTA Godiva y comenzó a canturrearle al oído:

-Besameee…

Indescriptible me resultaría narrar lo que paso, la muchacha que se encontraba medio dormida despertó para toparse con la cara de André a pocos centímetros de la de ella, soltó un grito que erizo los vellos mas finos de los presentes aquella tarde de abril, y en un par de segundos a André lo sacaron a rastras del tranvía, para jamás dejarlo entrar.

Desde ese momento comprendí el termino “Alma en Pena” eso era el, necesitaba entrar, necesitaba verla, lo gritaba y lo cantaba a cada instante, se le veía alcoholizado a todas horas, tirado en los rincones, cubriéndose con periódicos y desprendiendo olor a orines, no me digan que no conocen a esos moribundos que andan por ahí, ustedes los han olido estoy seguro, así fue hasta llegar a los 40 cuando su habitación que como ya dije, había sido un rincón de la estación de tren, le había sido quitada y ahora tenia que dormir a la intemperie, al lado de una presa, escondiéndose entre los arbustos, ahí se encontraba su cama, en las mañana sacudía su saco, (roto y empolvado) se vestía, peinaba y caminaba un kilómetro para poder llegar al que siempre fue su hogar, la sucia terminal, la gente lo conocía y lo alimentaba mas por lastima que por caridad, el pagaba ayudando, barriendo, regando, puestos ambulantes de comida para los viajeros, a los que lo mismo daba comida del día o de la semana pasada, André ahí se ocupaba, barriendo hasta que la locura se apoderaba de el y comenzaba a cantar:

Y en Navidad hace frío,
en un callejón hizo el sucio amor
con un Papá Noel de pequeños almacenes.
Godiva se tatuó un árbol de Navidad en las costillas,
era magra hasta el filo del dolor ocular,
y el viento de invierno la hacía rodar
como chatarra por las aceras.

Con esa tonta canción perdió su último empleo (y bastantes comidas), las madres delicadas, preocupadas por sus pequeños y tiernos hijos (mas depravados y regordetes de lo que los “amorosos ojos de una madre” permitieran imaginar)… por que no fueran estos a perder la ilusión en Santa, se quejaron con el gerente y por aquello hicieron despedir a André, poniendo como excusa:

- Nos negamos a tener que explicar a nuestros hijos… los … esos… - y en la cara de la representante de esta asociación de madres se notaba el rubor y vergüenza al pronunciar las palabras - los movimientos alusivos a la sexualidad de ese ¡HEDIONDO CHIFLADO!- diciendo esto ultimo con toda la determinación y la decencia que “sus años” le habían otorgado.
- ¡!Palabras sin sentido¡! –gritaba una ya desesperada -¡Mandelo Sacar!
- Calma señoras, algo haremos al respecto… algo haremos, entenderán ustedes que el siempre ha estado aquí, de esto vive, mal vive si me per…- antes de que pudiera terminar una de ellas exclamo:
- Es el o el bienestar de nuestros hijos. Elija usted.

Nada de lo que yo pudiera haber escuchado antes pareció mas falso, ¿ellas que sabían? nisiquiera imaginaban todo lo que el pobre André pasaba, en lo único que acertó el hambriento excéntrico fue en la época, la navidad se acercaba, para el no, pues los planes para dejarlo mas en la calle aun se estaban trazando, aunque sobras de comida fueron otorgadas a el, pues muchos lo utilizaban como un vil basurero, comenzó a perder peso y se le veía enfermo, ya sus momentos de delirio eran mayores a los lucidos, los niños le temían pues en mas de una ocasión trato de robarse a alguna pequeñita afirmando que era su Godiva.

-1 de enero, y lo sacamos, solo pasen las fiestas el se va, señoras, lo prometo- dijo el gerente, con melancolía.
-¡Gracias a Dios!- Suspiraron…

Y después de esto, ustedes deben de imaginar, claro esta, que yo no me voy a quedar así como así, sin ayudar a este demente, mucho mas en esta época en la que a uno le meten hasta por los ojos los regalos navideños, noche de paz, de amor… ¿Cómo será para aquel que nada tiene?... entonces me puse a pensar en el regalo indicado, no contaba con mucho, ser el maquinista de un tren no deja una fortuna, mas bien deja una miseria, bueno lo suficiente… así pues, después de tanto pensar encontré el regalo indicado, ronde por varios negocios que estaban cerrados por todo el ajetreo navideño pero encontré una farmacia abierta “24 horas” decía, pobre de la gente que trabaja ahí, no tendrá navidad, bueno con ayudar a uno tengo, no puedo andar por ahí salvando a todo el mundo, así que salí de ahí con el regalo en la mano, una botella de 600 mililitros, el contenido era oscuro y la botella no se veía muy fina, no contaba con moños, ni nada de eso pero fui en busca de el Sr. Moritzen que casi me la arrebata, eso si, con una sonrisa en la cara, para esto ya no pensaba mas, era mas bien un completo imbecil, pero la felicidad se notaba en su rostro, no me pregunto si quería un trago, la destapo y comenzó a vaciar el contenido de la botella, con tragos largos y desesperados, después se sentó y con una sonrisa gigantesca dio las gracias, con la mano intento secar todo lo que había quedado en su barba, y en menos del tiempo indicado en la etiqueta, el callo muerto, claro esta, iba a tardar menos, los ratones son muy resistentes, a la mañana siguiente lo encontrarían ahí, no saldría en el periódico, nisiquiera en las estadísticas, quizás, quizás Godiva lo va a extrañar.






* Canción de Javier Corcobado: http://www.youtube.com/watch?v=q5r_xcRVot8